Arnulfo Morínigo Paniagua


(Villarrica, Paraguay, 1989). Poeta, músico, docente, activista cultural. Ha publicado varios discos de música paraguaya, con composiciones propias y de otros creadores, mientras que sus escritos han encontrado espacio en revistas culturales y libros de diversos autores. Hijo del legendario poeta guaireño Patrocinio Morínigo. Con el presente trabajo su literatura continua abriéndose paso entre los intrincados caminos de la cultura guaireña y paraguaya.

ANTES DEL AMANECER
Parado antes de que amanezca, desde Villarrica miro por el oriente, los desvelados astros me acompañan mientras las aves entonan sus loores.
Mi alma se regocija y emociona antes de la anhelada maravilla, sabiendo que nacerá de nuevo el sol candoroso sobre el magnánimo cerro guaireño.
Volverás, luz rojiza de rubí ¡Oh Aurora! Te mostrarás detrás del monte azul, llenarás el agreste verde esmeralda y el todo será como un arte divinal, surgente de vida y ensueño.

AMANECER DE SEPTIEMBRE
Un viento sublime fluye del norte como soplido angelical que surca a los cerros y campos de mi valle lejano. Es una mañana primaveral y la natura renace en un inefable ensueño de árboles, plantaciones, aves y mariposas, mientras el sol como lámpara resplandeciente ilumina la telúrica pintura del paisaje. ¡Oh Viento angelical! Tú que arrastras también a mi atribulada alma, úneme a este vergel paradisiaco de eterna armonía...

AIRES DE RINCÓN
Un cerro azul hacia el oriente,
hierbas verdes por doquier,
un sol renace cada día,
coloreando una verdad.
Por los caminos de tierra se teje una canción,
caminos del tiempo, de sueños, sudor y emoción…
En este lar natural respiro aires de amor,
en este campo agreste se alegra mi corazón,
y las aves vuelan danzando,
con las ideas del cantor.
y las aves vuelan danzando,
con las ideas en Rincón.

SÉ QUE DESPERTARÁS
Sé que despertarás de tu sueño cruel y pensarás en tu realidad ensombrecida…
Los tiranos del ayer dejaron míseras secuelas de abatimiento, que te servirán de abono…
Entonces podrás crecer donde ya ninguna maleza te podrá arruinar…
Volverán a florecer tus rosas, creerás de nuevo en tus deseos, encontrarás la clave del milagro que desatara al fin esas cadenas infernales…
Tu bandera flameará en el alto monte y predicando la paz lo sublime a ti llegará...

“Retrato del poeta y artista Arnulfo Morínigo” (2016).
Dibujo de Adriana Baquero Pardo (Pindal).

HIJAS DE LA TIERRA GUARANÍ3
Como la Diosa Isis, Madre de los Dioses, destronada del cielo, va la caravana de indígenas desterrados, van descalzos, sucios, con niños en brazos, viviendo como pobres intocables…
Y las hijas de la tierra guaraní ancestral, al devastarse sus bosques en manos del superhombre material, migraron aquí en busca de su querido edén primaveral…
Al llegar se asombraron con los incontables avances, con inocencia pensaron que iba ser mejor, pero el tiempo cambió aquella impresión…
Sobre el asfalto vieron desfilar la ausencia de valores y la ostentación llegó a sus oídos como mísera canción…
Adoquines muertos, erial estéril, frutas por billetes, sin animales de caza, sin aguas de pesca, sin alma en las sucias calles alumbradas…
Ahora mendigan por el escuálido pan, duermen en las veredas del silencio, habitan el tétrico paisaje de la desolada realidad…
Pocos los observan en sus desgracias. Pocos invocan sus nombres al bien común. Poco, tan poco ha llegado de una sociedad sumida en la indiferencia y la banalidad...
Y es por eso, por sus voces silenciadas en la indigencia, es por eso que he escrito esta sombría plegaria hecha de lágrimas y penas…
Quiera la divinidad Tupa que algún día retornen a la edénica floresta, que abandonen las calles de esta macabra ciudad y que recuperen el sagrado tesoro de la vida alegre y natural…

3 Publicado en: Melanio Agustín Gómez. Mujeres gloriosas del Paraguay. Edit. Villarrica, Villarrica, 2016, p. 43.

EL PARAGUAY EN UN ESPASMO4
¡Oh Paraguay! ¡Mi Paraguay! La amalgama hispano-guaraní dio tu origen entre una odisea de penurias; siendo gobernado por los conquistadores de la esclavitud, quedaste enmudecido y oprimido en medio de una falsa libertad; tuviste un supremo tirano de imágenes radiantes con una oscuridad cultural; también llegó a ti una edad de oro transformada en un lúgubre e infernal lugar de tormento por la guerra exterminante, con un paisaje desolado de olor pútrido de cadáveres, con un cielo de cuervos y ecos de llantos de los sobrevivientes abatidos, para luego volver a resurgir como el ave fénix de sus cenizas.

QUIERES QUE ME RÍA
¿Quieres que me ría habiendo tanta injusticia?
¿Quieres que me ría cuando muchos están
abrigados en la triste orfandad?
Oprimidos y sumidos en el océano de la ignorancia
¿Quieres que me ría cuando nuestros ancestros primitivos mendigan por las ciudades?
Hoy prefiero compartir el dolor del menesteroso y desprotegido prójimo.
¿Me sugieres una y otra vez que me ría cuando los hermanos de nuestra tierra marcharon a los países extranjeros, como pájaros errantes en busca de una alborada,
Dejando atrás sus agrestes hogares
y la bendita tierra que los vio nacer?
Cuestionas mi seriedad, dejadme hoy en estado de reflexión, dejadme beber esta amarga emoción,
tal vez volverá a mí una sonrisa cuando esta entristecida realidad se torne en melodía redentora para aquellos vilipendiados de la sociedad.

4 Publicado en la revista E.Qui, de Villarrica, noviembre del 2016.

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