Artemio 
                                                    Franco Preda: Nació 
                                                    en 1916, Bachiller en Ciencias 
                                                    y Letras por el Colegio Nacional 
                                                    de la Capital, Profesor Normal 
                                                    por la Escuela Normal de Profesores 
                                                    de Villarrica, Licenciado en 
                                                    Relaciones Públicas en 
                                                    el Instituto Superior de Relaciones 
                                                    Públicas de Asunción.
Ex combatiente de la Guerra del Chaco y por largos años Presidente de la Asociación de dicha nucleación.
Fue galardonado por el Ministerio de Defensa Nacional por su actuación en dicha contienda.
En su vida estudiantil se destacó en las luchas ciudadanas como vocero del órgano "Rebelión". Desde 1945 ocupó cargos en la docencia, desempeñándose como:
Ex combatiente de la Guerra del Chaco y por largos años Presidente de la Asociación de dicha nucleación.
Fue galardonado por el Ministerio de Defensa Nacional por su actuación en dicha contienda.
En su vida estudiantil se destacó en las luchas ciudadanas como vocero del órgano "Rebelión". Desde 1945 ocupó cargos en la docencia, desempeñándose como:
- 
                                                    Director de Escuelas Primarias 
                                                    en Altos, Ybytymi, Caacupe. 
- 
                                                    Supervisor de Escuelas Primarias 
                                                    en los Departamentos de Guaira, 
                                                    Caazapa, Itapúa, Concepción 
                                                    y Chaco.
Artemio 
                                                    Franco Preda fallece en 1996 
                                                    a los 80 años de edad.
(A 
                                                    continuación un escrito 
                                                    hecho por el Sr. Ramiro Domínguez)
Hay distintos 
                                                    modos de enjuiciar un libro 
                                                    de historia: por su rigor sistemático, 
                                                    por la densidad de su contenido, 
                                                    o por su originalidad. Si faltara 
                                                    un motivo para encomiar la obra 
                                                    del Prof. Artemio Franco Preda, 
                                                    bastaría con apelar al 
                                                    último de aquellos valores: 
                                                    su originalidad.
Porque, admitido 
                                                    el propósito de escribir 
                                                    una obra sobre "EL GUAIRA Y SU APORTE 
                                                      A LA CULTURA PARAGUAYA", 
                                                    no es el más desdeñable 
                                                    tropiezo la carencia absoluta 
                                                    de archivos y bibliotecas en 
                                                    el ámbito local o nacional, 
                                                    que avalen una empresa de tal 
                                                    aliento. Y en la historiografía 
                                                    de las letras paraguayas, muy 
                                                    poco mérito se han dado 
                                                    comúnmente al hecho de 
                                                    que los autores procediesen 
                                                    de tal o cual área geográfica; 
                                                    menos aún, asignar capítulos 
                                                    especiales a la producción 
                                                    de determinada ciudad del interior, 
                                                    primando el criterio implícito 
                                                    de que el único centro 
                                                    urbano de relativa importancia 
                                                    en el país sigue siendo 
                                                    Asunción.
Sin duda, por 
                                                    tanto, que la obra que nos ocupa 
                                                    tendrá flancos vulnerables 
                                                    a cualquier forma de crítica 
                                                    que no atiende a premisas objetivas 
                                                    y reales. Si en Paraguay la 
                                                    Historia de las Letras sigue 
                                                    siendo riesgosa tarea que a 
                                                    más de un autor ha enturbiado 
                                                    las aguas, cuánto más 
                                                    en la bibliografía regional, 
                                                    moviéndose a tientas 
                                                    entre lo inédito y la 
                                                    tradición oral, tan afín 
                                                    a nuestro temperamento.
Pero cediendo 
                                                    a todas las premisas que aún 
                                                    pudieran oponerse, queda todavía 
                                                    en pie el innegable mérito 
                                                    de la obra, por la ingente labor 
                                                    de compulsa que lo hace texto 
                                                    de consulta obligado para todo 
                                                    aquél que busque un catálogo 
                                                    más o menos completo 
                                                    de instituciones y autores que 
                                                    han pasado por 
Villa Rica, dejando 
                                                    para luego el trabajo de criba, 
                                                    que lógicamente ha de 
                                                    seguir.
Para quienes de 
                                                    hoy en más encuentren 
                                                    ocasión de enmendar o 
                                                    añadir a lo aportado 
                                                    por Artemio Franco Preda, ya 
                                                    queda sin embargo el camino 
                                                    abierto, y muchas pautas de 
                                                    orientación que harán 
                                                    de su labor una tarea más 
                                                    llevadera y fecunda.
Ramiro 
                                                    Domínguez

 
 
 
 
 
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