Creador de un
periodismo de combate, cuya influencia
forjó el espíritu indoblegable
del soldado paraguayo que "Ya
marcha altivo en ademán
guerrero/, ya se detienen al empuñar
su lanza/ y arde haciendo de marcial
pujanza/ al aire blande el matador
acero".
Hijo de José Carmelo
Talavera y de Doña Antonia
Alarcón, nació
en Villarrica
el 8 de setiembre de 1839.
Formación: Sobre la formación de Natalicio
Talavera existen abundantes referencias,
todas coinciden en que aprendió
letras y nociones elementales
en el establecimiento de enseñanza
pública de su ciudad natal,
para más adelante trasladarse
a la ciudad de Asunción,
donde ingresa en la escuela particular
dirigida por el maestro argentino
Juan Pedro Escalada, la más
prestigiosa de su tiempo. En 1855,
o sea cuando contaba con 16 años
de edad, ingresó en el
Colegio Secundario dirigido por
el profesor español Don
Ildefonso Antonio Bermejo. Con
posterioridad será alumno
de la escuela Aritmética,
sita Zevallos-cue, cuyo director
era Miguel Rojas. Hay quien afirma
que antes de inscribirse en el
colegio de Segunda Enseñanza,
siguió un curso de Matemáticas
y Moral, asignaturas a cargo del
profesor francés Francisco
Sauvageod de Dupuis.
Hacía 1859
es un aventajado estudiante
en el instituto de ciclo secundario
conocido con la denominación
de "Aula de Filosofía",
cuyo fundador y mentor fue el
profesor Ildefonso Antonio Bermejo
que, al igual que Dupuis, fuera
contratado por la administración
de Don Carlos Antonio López.
Este centro educativo,
según Fulgencio R. Moreno
en su obra "La ciudad de
Asunción", reglamentó
un plan que abarca seis cursos,
comprendiendo gramática,
historia, geografía, literatura,
composición literaria,
cosmografía, filosofía,
francés, catecismo político
y derecho civil. Sus educandos
-La juventud más promisoria
de la época- fundaron la
revista "La Aurora"
(1860). Y es en aquella revista
donde Talavera, el más
aplicado de los discípulos,
inaugura sus quehaceres literarios,
para los que demuestra vocación
y excepcionales condiciones.
Debido a su extraordinario
talento, condiciones y aptitudes
para la literatura, parecía
el joven ideal para integrar el
segundo grupo de becarios con
destino a Francia, pero como dichos
beneficios estaban dedicados a
los alumnos de escasos recursos
económicos, hubo de declinar
el suyo a favor de otros compañeros,
también merecedor, proveniente
de familia más modesta.
Perfil
del Poeta: ¿Como era
Natalicio Talavera?: "Observando a Natalicio
Talavera a través de
la modestia habitual de su apacible
carácter, se notaba en
su inteligente, pero lángida
mirada, un sentimiento vago
de melancolía, casi
presagio del fin prematuro de
su carrera sobre la tierra.
Poseyendo los principales dotes
de un orador, por su dicción
pura y bien acentuada, por el
colorido poético y a
la vez persuasivo de su discurso,
y sobre todo, por la convicción
de verdad que se manifestaba
en todas sus conversaciones
familiares, como si se complaciera
en concentrar sus pensamientos
en sí mismo, sometiendo
sus facciones. Era, no obstante,
moderado y aun parco en sus
conversaciones familiares, como
si se complaciera en concentrar
sus pensamientos en sí
mismo, sometiendo sus inspiraciones
el examen de su rara inteligencia".
"Su corazón es tan
sensible como generoso. Incapaz
de pegarse al limo de la tierra,
era inclinado a lo bueno, a
lo grande, a lo sublime. Jamás
la vil calumnia encontró
asilo en su corazón.
Era más indulgente con
sus semejantes que consigo mismo.
Perteneciendo a una decente
medianía, no buscó
por medios innobles las riquezas
y los honores, y supo, aunque
joven, anteponer los deberes
a las distracciones". Así
lo retrató un contemporáneo
suyo, el naturalista Domingo
Parodi, padre del más
tarde poeta Enrique Parodi (1857
- 1917).
Luis
Maria Martínez, en El Trino
Soterrado nos dice: "Natalicio
de María Talavera",
el primer poeta paraguayo, es
también el primero en darle
significación militante
al verso, cual bardo épico-colectivo,
al utilizarlo como instrumento
de elevación de la moral
de los combatientes que sobrellevaban
el peso de una guerra de resistencia
al invasor.
"¡Paraguayo!
Corred a la gloria
|
y colmad vuestra patria de honor,
|
inscribiendo al luchar, en la
historia,
|
nuevos timbres de noble valor..."
|
"¡Al
combate, al combate!
|
¡No
más calma!
|
¡Emoción
del peligro, yo te ansío;
|
que el fuego del valor, templada
el alma,
|
recobre
altivo su indomable brío!"
|
Con el periódico "Cabichu'i",
fundado por Talavera conjuntamente
con el coronel Crisóstomo
Centurión, e impreso
especialmente para el consumo
de los soldados que combatían
a los invasores amparados por
la Triple Alianza, acentúa
su contribución a la
lucha, pues con la sátira
y el ágil sonar de las
coplas acrecentados por los
grabados, fortalecía
el espíritu de combate
de los campesinos que guerreaban.
En este singular empeño
de poeta y combatiente, sacrifica
su joven y preciosa vida, cumplida
a cabalidad su histórica
promesa de "¡Morir
ante que esclavo vivir!".
Escritor,
poeta y corresponsal de guerra: Al estallar la guerra contra
la Triple Alianza, Natalicio Talavera
se incorpora al ejercito con el
grado de teniente. Sigue escribiendo
en el "Cabichu'i", "El Centinela" y el "Semanario".
Más tarde, y fue lo más
importante de sus aportes para
aquella época, escribió
las crónicas desde el frente
sobre las batallas.
Recordemos que apenas iniciada
las batallas en defensa del
territorio patrio, Natalicio
Talavera se incorpora al ejercito
y viaja hacia el sur del territorio
patrio en calidad de corresponsal.
Dicha corresponsalía
la ejerció abnegablemente.
Casi enseguida de recibir los
partes de las batallas los convertía
en crónicas, que el Telégrafo
Nacional, bajo la dirección
de Saturio Rios, divulga y el "Semanario",
a su vez, imprimía. Aquella
tarea, de Corresponsal, comienza
el mes de iniciarse el conflicto,
17 de junio de 1865 y, siguió
escribiendo hasta el 28 de setiembre
de 1867.
Natalicio de María
Talavera: Hijo pródigo
de la famosa región paraguaya
llamada Guaira, reconocido como
el primer poeta de la era independiente
de Paraguay, fallece el día
viernes 11 de octubre de 1867,
a las 3 de la tarde, víctima
de la epidemia de cólera
que azotó a los combatientes
durante la guerra contra la Triple
Alianza; sus restos fueron sepultados
en el pequeño cementerio
de Paso Pucu. Allí, rodeado
por grandes esterales, entre los
altos yuyos de la generosa tierra
guaraní y el de las desidias
de las autoridades nacionales,
quedaron dormidos sus sagrados
restos. Luego de más de
136 años de su ausencia.
En su homenaje el
Centro Guaireño de Asunción,
siendo Presidente el Dr. Víctor I.
Franco y Vicepresidente el poeta nativo
Gumersindo Ayala Aquino, solicitó
al Ministerio de Educación
y Culto la institución de el
11 de octubre como el Día del
Poeta Nacional. En el año 1971,
mediante Resolución Nro. 248,
el Ministerio de Educación
dio curso favorable a dicho pedido.
Algunas
Obras: En 1958, Ediciones
Nizza, publicó "Guerra del Paraguay" y el sub-titulo de "Natalicio Talavera".
El libro de 137 páginas contiene
ilustraciones reproducidas de Cabichu'i
y las comprendidas compilaciones
de los artículos: "Violación
del derecho de la Gente por los
Aliados"; "Una
victoria en Corrales"; "Estero
Bellaco"; "Tuyuti"; "Combate
de Yataity Cora"; "Antes de Boquerón";
"Boquerón y Sauce"; "Curupayty"; "División
de la Alianza al Comenzar 1867".
Por otro lado, el poeta, periodista
y escritor guaireño, cuenta
entre sus producciones versificadas: "Reflexiones
de un Combatiente en la víspera
del Combate", "Himno
Patrio". Usó
la sátira con ingenio y eficacia.
Entre sus producciones
en prosa, a mas de las crónicas
y los comentarios, están: "Influencia del Trabajo en la
Organización Física
y Moral del Hombre", "Independencia de la Mujer en
la Sociedad", "Independencia Nacional","Dios
es la Verdad", "Muerte
de Cristóbal Colon" y "Estudios
Recreativos". También
meditados estudios sobre el trabajo,
la educación popular, el quehacer
agrario y afines, la ciencia y la
juventud... Casi todos publicados
en la Aurora. Fue, a mayor abundamiento,
el primero de los biógrafos
del general José E. Díaz
y vertió del francés
al español "Graziella", célebre
novela de Alfonsa Lamartine.
Fuente: Museo Fermín López
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